La comunicación pasivo-agresiva no solo no nos ayuda a explicar abiertamente el mensaje que queremos transmitir, si no que tiene otros tantos inconvenientes.
Por un lado, puede influir negativamente en nuestras relaciones sociales, ya que podemos acabar por herir a quién tenemos delante, así como poner distancia entre ambas por esa sensación de incomprensión.
Además, cuando nos comunicamos de manera pasivo-agresiva nos perjudicamos a nosotr@s mism@s. Ya que la asertividad es otra forma más de autocuidado porque gracias a ella valoramos y expresamos nuestros derechos. Por tanto, a través de la comunicación pasivo-agresiva dejamos de permitirnos esto abiertamente.
Sí, puede parecer la salida más sencilla para decir las cosas, sin que te suponga exponerte a cosas desagradables, pero realmente, ¿te vendrá bien hacerlo así?